En términos relativos, el descenso interanual en febrero fue del 4,1%, el doble que la media nacional
La industria manufacturera del País Vasco ha perdido 6.126 afiliados a la Seguridad Social desde el periodo anterior a la crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia. Entre febrero de 2020 y el mismo mes del presente ejercicio el empleo medio del sector en la comunidad autónoma se contrajo un 4,1 por ciento, hasta 144.145 afiliados, casi el doble que en el conjunto de España (2,2%) y que en el resto de las regiones más industrializadas del país como Madrid (2,5%), Cataluña o la Comunidad Valenciana, que, en ambos casos, sufrieron pérdidas de la misma magnitud que la media nacional, según las estadísticas facilitadas por la Seguridad Social. No obstante, todo apunta a que esta destrucción del empleo industrial durante el último año (41.467 puestos en España, 9.159 de ellos en Cataluña, 5.417 en la Comunidad Valenciana y 4.214 en la de Madrid) podría ser incluso mayor, ya que los trabajadores afectados por los ERTE figuran como dados de alta en el sistema y, si la economía no remontara, podrían incluso llegar a perder sus puestos de trabajo.
En este sentido, el pasado febrero se cerró en España con un total de 909.661 empleados de media mensual acogidos a un expediente de este tipo, según el ministerio. Hostelería y Comercio, con unos 447.000 y 158.718 beneficiarios de esta figura, respectivamente fueron las ramas más afectadas. Por su parte, en la industria manufacturera los trabajadores afectados por un ERTE se cifraron en unos 47.671. El ministerio no ofrece datos de la afectación sectorial regionalizados, pero tomando en cuenta que los 6.126 afiliados perdidos en la manufactura en la CAPV en el último año vinieron a representar el 14,8 por ciento de todos los desaparecidos del sistema en España en este sector y extrapolando los datos, serían unos 7.055 los empleados por la industria vasca en ERTE a finales de febrero.
Evidentemente, y eso sería lo deseable, no todos ellos acabarán perdiendo su empleo, aunque la cifra puede servir de referencia para hacerse una idea del problema que, en este momento, permanece latente. Por lo que se refiere a la evolución del empleo en la construcción a lo largo de los últimos doce meses, las estadísticas ponen de manifiesto que, por un lado, el peso de la CAPV sobre el total de afiliados perdido por el sector en España apenas alcanzó el 4,3 por ciento (894 de los 19.573 en todo el país); y, por otro, que el descenso relativo del número de inscritos en el sistema en el País Vasco (2,5%) se alineó con el registrado en la media nacional (2,2%), y con el de las principales economías regionales: las comunidades de Valencia (2,5%) y Madrid (1,8%), así como Cataluña (1,7%). En otro orden de cosas, las estadísticas de la Seguridad Social también revelan una variación anual desigual en la afiliación de otras dos ramas de actividad estrechamente ligadas con el sector industrial como son la de las actividades profesionales, científicas y técnicas, por una parte, y las relacionadas con la informática y las TIC, por otra. En el caso de la primera de ellas, en la CAPV se perdió un 0,7 por ciento del empleo, que en febrero se situó en los 42.046 afiliados de media mensual. A nivel nacional, el retroceso fue algo mayor, de un punto porcentual. En Cataluña y la Comunidad de Madrid, las bajadas se situaron por encima de esa media, en el 1,2 y el 1,6 por ciento, respectivamente. Por contra, en las actividades TIC la afiliación creció en el País Vasco un 1 por ciento, contabilizándose 20.537 inscritos en el sistema. La mejora, no obstante, fue inferior a la registrada en el conjunto de España, que se elevó al 1,6 por ciento. Valencia la superó en siete décimas (2,3%), Cataluña en tres (1,9%) y Madrid experimentó una evolución semejante a la de la CAPV (0,9%).
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