Las baterías de estado sólido y semisólido que promueve se posicionan como una de las soluciones para llegar a un coche eléctrico más económico, seguro y con mayor autonomía
La materialización de la iniciativa Basquevolt, futura gigafactoría en industrializar celdas de estado sólido para baterías, se perfila como “una las soluciones para llegar a un coche eléctrico más económico, seguro y con mayor autonomía”, según vaticina su CEO, Francisco Carranza, que atesora una dilata trayectoria internacional en el lanzamiento de nuevos negocios de movilidad. En la carrera global por el incremento de la independencia energética y reducir el uso de los carburantes fósiles en la movilidad y la generación de electricidad, “las baterías de litio son una tecnología fundamental”.
Francisco Carranza: "La tecnología actual de baterías de litio ya ha llegado a su madurez"
Sin embargo, Carranza afirma que “la tecnología actual de baterías de litio ya ha llegado a su estado de madurez y, aún así, no se ha conseguido llegar ni a los costes ni a las capacidades de almacenamiento necesarias para asegurar la adopción de aplicaciones cien por cien eléctricas en muchos sectores”. Teniendo en cuenta que son un producto crítico para que Europa alcance los objetivos de reducción de CO2 en la movilidad y una mayor independencia energética, Basquevolt echa a andar “con el objetivo de liderar el desarrollo de las tecnologías de las baterías de nueva generación, enfocando su actividad en el diseño de celdas y electrolitos para baterías”, asevera su CEO. Y lo hace a partir de su propia tecnología de celdas de estado sólido, desarrollada por los científicos de CIC energiGune durante los últimos años. Su singularidad reside en la sustitución del electrolito líquido orgánico que lleva la batería por un electrolito sólido, lo que supone una evolución hacia la siguiente generación de baterías, mucho más seguras, con mayores densidades energéticas, y en consecuencia, dotando al vehículo eléctrico de una mayor autonomía. Para la industrialización de las celdas de estado sólido, la hoja de ruta de Basquevolt, con sede en el P. T. de Álava, prevé comenzar su producción en 2027 con el objetivo de lograr una capacidad de 10 GWh y alcanzar su plena productividad en 2029, con una producción que podría llegar a los 30 GWh.
Como avanza Carranza, “nuestro objetivo fundamental durante el siguiente año y medio es finalizar el desarrollo de la nueva generación de baterías, basándonos en los conocimientos en materiales y electroquímica de CIC energi- Gune”. Para ello, están reclutando un equipo internacional de I+D y de ingeniería de primer nivel mundial y con gran experiencia en el sector. “Esperamos poder fabricar nuestras celdas prototipo a principios del ejercicio 2024 y a partir de ahí comenzar el trabajo de cooperación con clientes potenciales para diseñar celdas de baterías que respondan a sus necesidades”.
"Esperamos poder fabricar nuestras celdas prototipo en 2024"
En paralelo, y dado que “es importante poder tener experiencia con los equipos y los procesos de producción específicos a nuestra tecnología”, el plan de Basquevolt pasa por tener lista una línea piloto de producción en 2025, “donde trabajaremos con nuestros proveedores de equipos y materiales para definir los procesos de producción definitivos y validar que se puede llegar a los niveles de productividad, calidad y coste requeridos para nuestro sector”, asegura Carranza. El desarrollo y la industrialización de las baterías de estado sólido “será un acelerador para la economía, el desarrollo sostenible y la independencia energética de Europa”. Y es que “se busca dar respuesta a las crecientes necesidades de electrificación de la sociedad e impulsar tecnológicamente sectores clave como el del vehículo eléctrico, el almacenamiento estacionario o los dispositivos de electrónica de consumo. De ahí que se considere un elemento crítico para lograr la deseada transición energética en algunos de los sectores clave”.
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