Winoa Ibérica, heredera de Fabio Murga, ha conseguido asentar su posición de mercado con el plan de traslado de su factoría y con el liderazgo del I+D
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Winoa Ibérica se encuadra en el mayor grupo mundial de fabricación de granalla: la multinacional francesa Winoa, pero también es una de las piedras angulares de la industria en Balmaseda como heredera de Talleres Fabio Murga, empresa creada en 1934 y referente del sector durante las siguientes décadas. La integración de Fabio Murga en Winoa se produjo hace exactamente 30 años, en 1992, lo que evidencia que la inversión no tuvo carácter coyuntural y sí que se trazó como eje para un proyecto industrial de liderazgo mundial. Como referencia histórica, la villa de Balmaseda estuvo durante siglos ligada al comercio al radicar en la localidad una aduana entre Castilla y el Señorío de Bizkaia. El movimiento de las aduanas interiores a la costa en el siglo XIX impactó en la actividad económica de la localidad. Entre los proyectos para la adaptación al nuevo entorno, la familia Murga jugó un papel destacado.
Winoa adquiriró Fabio Murga en 1992
Primero con Mariano Murga Tamayo, que creó una empresa especializada en la fabricación de muebles, en el mismo siglo XIX; y, posteriormente, con su hijo Fabio Murga Acebal, que en 1934 constituyó Talleres Fabio Murga para la fabricación de electrodos de soldadura, pero que rápidamente evolucionó hacia la fundición de granalla, en la que se convirtió en el líder nacional. Fabio Murga, de esta forma, se erigió como el referente industrial de la zona, tanto que su planta en la zona de La Magdalena era la estampa que durante más de 80 años presidió el acceso a la localidad encartada. Precisamente su ubicación histórica y la regeneración urbanística de Balmaseda se sumaron para propiciar la transformación de la compañía y también el perfil de Balmaseda. El proyecto para el traslado de Fabio Murga echó a rodar en 2006. El plan se consideraba estratégico para asegurar la permanencia de la actividad industrial en la zona y evitar la desindustrialización que afectaba a la comarca. Las dificultades del proyecto, al tener que poner en común los intereses de diversas administraciones y entidades, se acrecentaron con la crisis de 2008-2009, que frenó la operación al estar sustentada en la permuta de terrenos y la regeneración urbanística de La Magdalena.
El traslado de la planta en Balmaseda exigió más de 20 millones en inversión
El proyecto de Fabio Murga en Balmaseda, así, se convirtió en prioritario para el Ayuntamiento y en estratégico para la fundición, que con la operación se aseguraría la ejecución de un plan industrial ambicioso que le posicionaría con más fuerza dentro del grupo multinacional y del mercado internacional. En 2012, una vez que empezaban a restañarse las heridas de la crisis, el plan de Winoa-Fabio Murga recibió un gran impulso. El Ayuntamiento de Balmaseda anunció la firma de un convenio que aseguraba la permanencia de la empresa en la localidad con el traslado de la planta a la zona de Arla. La nueva fábrica de Winoa-Fabio Murga requería la inversión de más de veinte millones de euros, con los que se consolidarían los 75 empleos y se atacaría el plan para especializar la planta en la elaboración de productos premium y finos, lo que supondría procesos más exigentes y exclusivos y el acceso a nuevos mercados. Winoa Group, en esas fechas, cubría el 45 por ciento de la demanda mundial de granallas y disponía de una red de 14 fábricas, lo que requería un plan sólido y de valor añadido para retener la actividad. En este caso, no se debe olvidar el papel pionero de Fabio Murga, que por ejemplo supuso obtener la ISO 9000 en 1994, la 14001 en 2004, la OHSAS en 2007, la certificación integrada de todas ellas en 2008 y la ISO 50001 -gestión energética- en 2022. También ese mismo año de 2012, el convenio de Winoa-Fabio Murga y el Ayuntamiento se amplió con la entrada de Gobierno Vasco y Diputación Foral, que aportarían préstamos participativos y que obtendrían una permuta de 12.000 m2 para que Sprilur construyera la planta, a la que se trasladarían en alquiler con derecho de compra. Toda la operación recibió el visto bueno del pleno municipal el 9 de noviembre de 2012 con la aprobación del nuevo plan urbanístico en el que se incluía la construcción de la planta de Arla.
El salto a Arla tambien provocó la intensificación de la actividad innovadora
Esta operación facilitó que Azpiegitura, dependiente de la Diputación, realizase la permuta de terrenos y que Sprilur afrontase la construcción de las naves. El proceso burocrático se culminó en el segundo trimestre de 2013, lo que impulsó la ingeniería básica y los pasos para obtener la Autorización Ambiental Integrada. El plan de Arla también se consideró clave para ajustar los costes energéticos de la fundición. Aunque este sea un tema de actualidad, en 2013, la planta de Balmaseda pagaba el kWh un 70 por ciento más que su matriz en Francia. La renovación de los hornos de inducción, sustituyendo tecnología de tiristores por IGBT, un incremento en la flexibilidad productiva, así como una mejora significativa en la automatización de los procesos subsiguientes a la fusión, cribado y clasificado, tratamiento térmico, molienda y envasado, se antojaban imprescindibles para asegurar la continuidad del proyecto. La primera piedra de la fábrica de Arla se colocó en febrero de 2014. Los más de veinte millones de euros que absorbería el proyecto también supusieron una importante corriente de ingresos para la industria local, que participó con el suministro de numerosos paquetes de obra. Por ejemplo, Ingenor y Maratek aportaron su capacidad de ingeniería; Construcciones Balzola urbanizó la zona y Construcciones Sobrino entregó los edificios industriales; Eldu se encargó de la media y baja tensión y de la digitalización; Jaso suministró las grúas; Hidroambiente, el tratamiento de aguas; la alemana ABP, los hornos de fusión; Bycam los edificios de oficinas y servicios; y Fivemasa, Calderería Mañés o Construcciones Sierra se encargaron de otros trabajos. En julio de 2017, Winoa Ibérica recibió las primeras naves, lo que abrió la fase de montaje con el objetivo de realizar las primeras coladas de prueba a finales de año. El acto oficial de inauguración se realizó en octubre de 2018. La fábrica disponía de una parcela de 30.000 m2 con cuatro naves interconectadas que mejoraron todos los procesos productivos y que consolidaron los puestos de trabajo y una empresa con unos ingresos anuales superiores a 30 millones, de los que más del 50 por ciento se obtenían en los mercados exteriores. Como referencia, desde la compañía señalaron a Empresa XXI en 2018, que “la fábrica de Arla es la más moderna y automatizada de su sector en Europa”, al tiempo que el cambio de instalaciones propició un salto en “la calidad, pero también mayor flexibilidad productiva e incremento porcentual en la producción de ciertos tipos de granalla de mayor demanda y con presencia limitada en el grupo, como el producto para decalaminado de aceros”.
CDTI e Ihobe respaldan su actividad tecnológica en granalla inoxidable
Otro salto se registró en la factura energética. Las nuevas instalaciones de fusión y su gestión redujeron el consumo en más de un 10 por ciento, con la consiguiente reducción de la huella de carbono y medioambiental y de residuos generados por tonelada producida. El salto de Winoa de La Magdalena a Arla, al margen del aspecto puramente operativo, también provocó una intensificación de la actividad innovadora en la búsqueda de soluciones de última generación y estratégicas dentro del propio grupo multinacional. Como referencia, en 2021, Winoa Group confió a su filial vizcaína la gestión de uno de sus planes estrella: la fabricación, por primera vez en el grupo, de granalla de acero inoxidable a escala industrial mediante la tecnología de atomización centrífuga. Esta decisión se considera, como señala el Director General de la empresa, Alfredo Santos, un hito estratégico que dota a la planta de Balmaseda de una gran proyección a futuro: “La demanda de granalla de acero inoxidable es creciente a nivel mundial y con perspectivas prometedoras para los próximos años. Esta granalla se utiliza principalmente en acondicionar superficies de piezas, estructuras y superficies de aluminio, de otras aleaciones y de todo tipo de aceros inoxidables, en aplicaciones para automoción, ferrocarril, construcción metálica y de bienes de equipo”. El proyecto, en el que colaboran con Ceit, requerirá una potente inversión en I+D+i, inicialmente para desarrollar, modelizar y parametrizar el proceso productivo y maximizar su rendimiento: “No se trata solo de modelizar y parametrizar para obtener productos más finos y de mejor calidad, sino que profundizaremos en las opciones que las nuevas tecnologías nos ofrecen para diversificar nuestro portafolio de productos”. Otro de los objetivos es evaluar la distancia entre los productos más finos que se producen en la actualidad y la ‘nanogranalla’, tanto en acero al carbono como en acero inoxidable, que sería la materia prima para diversas tecnologías de fabricación aditiva”. Winoa Ibérica para desarrollar este proyecto cuenta ahora con la ventaja de disponer de unas instalaciones punteras y sobrecapacidad en fundición.
La fábrica de Arla permite flexibilizar la operativa necesaria para compatibilizar la producción de granalla de acero al carbono e inoxidable, con “una gestión óptima de los procesos de fusión, clasificación, tratamiento térmico, molienda y posterior almacenamiento”. Dentro de los planes de Winoa Ibérica se incluyen la ampliación de su catálogo de productos y mejorar la productividad de sus procesos de atomización. En ambos casos, “los objetivos son aumentar la productividad y la eficiencia de nuestros procesos productivos, ampliar la oferta de productos a nuestros clientes y diversificar los canales comerciales”, como detalla Santos.
Por ejemplo, el plan de I+D+i de Winoa Ibérica en el campo inoxidable recibió un gran espaldarazo en mayo de 2021. CDTI e Ihobe dieron el visto bueno al proyecto de inversión de más de un millón de euros. Este programa, calificado de estratégico para el grupo, se adentra actualmente en su fase crítica: “Ya hemos desarrollado prácticamente toda la parte teórica para la fabricación de granalla de acero inoxidable mediante atomización centrífuga y hemos completado dos pruebas con resultados prometedores. En 2022, en septiembre, afrontamos la tercera prueba con el objetivo de realizar las primeras coladas en el 2023”.
Las actuaciones en marcha se dirigen a testar diferentes tecnologías para elaborar la granalla de la forma más eficiente, de acuerdo con sus especificaciones dimensionales y de calidad. Las pruebas, así, se ejecutan mediante atomización centrífuga y también mediante la tecnología de atomización por chorro de agua a alta presión (“V-Jet”), de tal forma que se están analizando, en detalle, las ventajas e inconvenientes de cada uno de los procesos, especialmente en el acero inoxidable. En la segunda fase de este plan de I+D+i, a realizar en 2023, los trabajos se centrarán en el análisis de la tecnología centrífuga para la fabricación de ‘nanogranalla’ de acero inoxidable y también de acero al carbono. El radio de acción de estos trabajos se ha ampliado por el interés y la posible colaboración con un gran grupo vasco de componentes de automoción. El análisis se centrará en la posible aplicación de estos materiales aditivos en sus productos para superar nuevas exigencias medioambientales.
Auditoría energética
Winoa Ibérica también profundiza en el terreno de la eficiencia energética: “Como empresa electro-intensiva, ya hemos completado la auditoría energética de la fábrica y la certificación con la norma ISO 50001. En este proyecto hemos colaboramos con Miesa, que nos presentó la alternativa más idónea para la implantación de un software de gestión energética integral para toda la planta”. Las posibles acciones derivadas de la auditoría energética se combinarán con el análisis de la mejora del proceso actual de atomización centrífuga para el acero inoxidable, tratando de evitar pérdidas en la temperatura del caldo y de mejorar la productividad: “La contención en el gasto energético es crítica para mantener costes y márgenes”. Mediante estos planes, Winoa Ibérica incrementará el valor añadido de sus productos y se posicionará como una referencia dentro del grupo multinacional en la granalla de acero inoxidable, cuya demanda se prevé crezca de forma significativa en el futuro.
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