En primer lugar, mi agradecimiento a la Fundación Empresa Vasca y Sociedad por citarnos de nuevo en este evento que tiene un carácter muy familiar y entrañable. Es ya la trigésimo tercera cita y, a este respecto, ha cogido ya una solera tremenda, sin perder al mismo tiempo esa sensación, esa naturaleza de acto entrañable para todos los que nos reunimos aquí. Por tanto, muchísimas gracias de nuevo por vuestra organización, un año más.
Tres mensajes adicionales, como decía, muy breves, casi como píldoras, para poner en valor o poner un poco de énfasis en algunos conceptos que creemos que son interesantes. Un primer mensaje, sobre el entorno económico, otro sobre vuestra labor como empresarios y un tercero, si me lo permitís, sobre Kutxabank.
En primer lugar, hace un año, cuando nos juntamos aquí de nuevo, recuerdo que hablábamos del entorno económico y señalábamos una serie de elementos que lo hacían ser complejo, incierto. Había claros y había oscuros pero, desde luego teníamos encima de la mesa temas como la incertidumbre política, la situación geopolítica… eso no se ha resuelto. Al revés. Tenemos, además, o teníamos, la amenaza de eventos climáticos extremos como el que hemos sufrido, con mucho dolor y con mucho sobrecogimiento, en Valencia. Respecto a él, nos sumamos a ese mensaje de solidaridad y de fuerza para toda la gente que está sufriendo, como sufrimos en su momento hace unas cuantas décadas también aquí, en Euskadi. Vais a poder salir adelante pese a todo y contra todo.
También hay noticias positivas. Hace un año hablábamos de los tipos de interés elevados, como un factor de freno para la actividad económica. Hoy en día, la inflación, y con ello, los tipos de interés están en una senda descendente, en una senda de equilibrio, de normalización, y eso es una buena noticia. (...). Esperamos que este entorno de tipos más razonables, más moderados, os ayude a ejercer vuestra labor, que no es sencilla. Nos cuesta entender cómo, a día de hoy, todavía, vuestra función, vuestro papel, vuestra aportación a la sociedad no tiene el reconocimiento y el peso social que se merece. Para nosotros resulta clarísimo que el éxito de una sociedad depende, en gran medida, del éxito de sus empresas y, si me permitís, también de sus entidades financieras. Éxito entendido como un camino rentable, sostenible y de creación de riqueza y bienestar.
Pensemos, sin ir más lejos, en Euskadi. Nuestra sociedad disfruta de unos niveles de bienestar con todos los puntos de mejora que queramos buscarle. Unos niveles de bienestar mucho más elevados que otras economías comparables. Pensemos en ratios como la tasa de empleo, la tasa de empleabilidad, la calidad del empleo, su estabilidad, el nivel de formación medio de la ciudadanía vasca, de las trabajadoras y trabajadores vascos, la inversión en I+D, el nivel de internacionalización de nuestra economía y nuestras empresas. Todo ello se debe, sin duda, al dinamismo y a la competitividad de nuestro tejido empresarial. Y mientras no seamos conscientes de ello, mientras no pensemos que esto es algo que merece, como digo el aplauso de la sociedad, todos los días, más de una noche, seguiremos teniendo encima de la mesa una asignatura pendiente a este respecto. (...)
Para acabar, por mi parte, un mensaje sobre Kutxabank. Comentar que estamos a vuestra disposición, que queremos ser, y que nos veáis, como compañeros estratégicos de largo plazo, como digo, compañeros de viaje, como socios y como aliados, de largo plazo. Vosotras y vosotros no estáis aquí de paso, vuestras empresas no están de paso y Kutxabank, lógicamente, tampoco está de paso. Tenemos una manera muy nuestra de entender el trabajo y de cómo hacer las cosas en nuestra tierra, que es en serio. Mila esker.
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