Altuna Group vende sus productos en 130 países, cuenta con una decena de delegaciones comerciales en Europa, América, África y Asia y con plantas manufactureras tanto en Europa como en América y en Asia
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La historia de JMA está intrínsecamente ligada a la figura de su fundador, Alejandro Altuna, que tras trabajar para Unión Cerrajera apostó por crear su propia empresa en el año 1942 en Mondragón. Inicialmente, montó un pequeño taller de pulido de piezas metálicas, pero pronto dio el paso hacia la fabricación de llaves. La compañía fue captando trabajo de la mano de la potente industria cerrajera del valle, de tal modo que en los años 60 del siglo pasado pasó a convertirse en una marca reconocida a nivel nacional.
Para poder acompañar a ese notable desarrollo, en 1962 la empresa familiar tuvo que dejar el taller y trasladarse al barrio de Musakola, donde edificó un pabellón que tendría que ser ampliado cuatro años más tarde. Fueron ejercicios de crecimiento, tanto de volumen de negocio como de personal, en los que también se aplicaron innovaciones técnicas y se invirtió en maquinaria moderna. El aumento constante de la producción de llaves se tradujo de forma natural en la expansión internacional de JMA y la creación de nuevas líneas de producto. Así nació Altuna Group, un holding que vende sus productos en 130 países, cuenta con una decena de delegaciones comerciales en Europa, América, África y Asia y con plantas manufactureras tanto en Europa como en América y en Asia.
Actualmente, el grupo fabrica más de 2,5 millones de llaves al día y ofrece un extenso catálogo con más de 80.000 referencias entre todas sus líneas de producto: llaves residenciales y de automoción, máquinas duplicadoras de llaves y controles de acceso, telemandos para garajes, verjas y vallas, así como tecnología transponder para el duplicado de llaves de automoción. Esta profundidad de catálogo ha permitido a JMA consolidarse como un proveedor de referencia internacional de soluciones globales de seguridad, por lo que sus llaves están prácticamente en bolsillos de todo el mundo.
Las primeras operaciones comerciales fuera de España se produjeron en la década de los años 80 del siglo pasado, centradas, fundamentalmente, en Francia, Marruecos y Alemania. No obstante, el proceso de internacionalización propiamente dicho, con implantaciones propias en el exterior, no llegaría hasta una década después. Previamente, en 1989, se produjo un hito importante en el devenir de la firma familiar. Los hijos de Alejandro Altuna, por aquel entonces al frente de la empresa, decidieron abandonar sus cargos ejecutivos y dejar la dirección en manos de una gerencia profesional. Ese mismo año, en agosto, JMA puso en marcha un nuevo pabellón de 8.000 m2 frente al anterior. A principios de los años 90, la compañía ya contaba con una cuota muy importante del mercado nacional de llaves, así como con capacidad suficiente como para lanzarse al exterior. En este contexto, sus responsables se dieron cuenta de que para crecer fuera las implantaciones comerciales e industriales propias ayudaban, con lo cual se inició una expansión internacional de más de quince años.
La primera filial del grupo se constituyó hace tres décadas en Reino Unido, donde JMA está presente con una implantación comercial propia en la periferia de Londres desde el año 1992. Posteriormente, la empresa guipuzcoana puso la vista en América, un mercado con otras particularidades, como un catálogo y una materia prima diferentes. Así, en 1995 instaló su primera planta productiva exterior, concretamente en México, en los alrededores de Guadalajara. El objetivo era proveer de producto al mercado americano de norte a sur con plataformas logísticas que la compañía fue creando con el tiempo.
Paralelamente, los responsables de JMA pusieron el foco en un pequeño fabricante de llaves, máquinas duplicadoras, transponder, telemandos y candados del norte de Italia, Errebi, que abarcaba mercados en los que la firma vasca no era tan fuerte, como el Este de Europa y los Balcanes. En una apuesta clara por fortalecer su presencia en el Viejo Continente, el grupo adquirió en 1996 la firma transalpina, que también contaba con una filial comercial en Alemania, complementando así tanto su línea de producto como su presencia en nuevos mercados. El siguiente movimiento en la esfera internacional tuvo lugar en el año 1997, cuando JMA creó su propia distribuidora en Francia, concretamente en París, con el fin de ganar posiciones en el mercado galo. Posteriormente, llegarían los desembarcos con comercializadoras propias en los mercados portugués (1999), polaco (2003) y estadounidense (2004). Este último año, en 2004, el grupo llevó a cabo su implantación en China. La entrada en este mercado la llevó a cabo de la mano de un socio local dedicado a la fabricación de llaves. Tras adquirir su marca, en 2005 JMA acabaría reubicando la planta productiva en Jinhua, en la provincia de Zheijang, con el objetivo de atacar desde allí el mercado asiático. Las últimas filiales comerciales abiertas por la firma familiar en el exterior hasta la fecha tuvieron lugar en Marruecos (2009), en el principal actor del mercado de la llave en Sudámerica: Perú (2013) y en Colombia (2016).
De forma simultánea a este despliegue exterior, Altuna Group ha abordado un proceso de diversificación que, en 2011, le llevó a hacerse con los activos de la extinta Laminados Aretxabaleta, ahora Altuna Metal Works, una fundición y laminación ubicada en la localidad guipuzcoana del mismo nombre, a escasos kilómetros de sus instalaciones centrales en Mondragón. Con ello, se aseguró el disponer de materias primas críticas para la fabricación de sus llaves, como aleaciones de cobre, latón y alpaca, de las que existen pocos proveedores en Europa. Además, el grupo adquirió en 2015 Ifam, una firma también ubicada en Arrasate que fabrica candados, cilindros y cerraduras, antirrobos y productos de seguridad industrial. El fin de esta operación fue aprovechar las sinergias que le ofrecía disponer de una red de distribución propia, que llega a miles de puntos, de duplicado de llaves con el objetivo de complementar su portafolio con una gama pequeña de producto propio de cerrajería.
Con anterioridad, a finales de los años 90 del pasado siglo, la empresa familiar había empezado a fabricar su propia gama de máquinas duplicadoras y en ese mismo periodo dio también el salto a la electrónica del automóvil, lo cual le exigió un esfuerzo importante de desarrollo para ir detrás de los fabricantes de coches tratando de dar soluciones al mercado de la reposición. Asimismo, a comienzos de los 2000, creó su propia gama de telemandos de garaje.
Altuna Group emplea a más de 700 personas en todo el mundo, la mayor parte de sus plantas de México (300), Arrasate (200) y China (50). El año pasado consolidó una facturación de alrededor de 130 millones de euros, la mayor parte de sus negocios ‘core’: las llaves y las duplicadoras. Por mercados, algo más de la mitad de los ingresos procedieron de la región EMEA (Europa, África y Oriente Medio) y el resto se repartieron entre Asia y América, con un peso notablemente superior de esta última geografía. La compañía acaba de iniciar un nuevo plan estratégico para el próximo quinquenio, que estará marcado por su posición de liderazgo en los mercados de llaves y telemandos en Europa y América. Como grupo empresarial, sus objetivos serán la consolidación y ampliación de sus capacidades productivas en América, potenciar el negocio de control electrónico de accesos, actualizar gana de máquinas de duplicado mecaelectrónicas, diversificar a través del mecanizado de piezas especiales, impulsar su programa de transformación digital y activar diversos proyectos alineados a los criterios de sostenibilidad.
José Antonio Altuna Gallastegi, presidente de honor de JMA - Alejandro Altuna, recogió el galardón que distinguió al grupo de Arrasate con el premio ‘Made in Euskadi’. En su discurso recordó a su aita Alejandro y a su hermano Josemari, que sentaron las bases del que es hoy el grupo de referencia en el mundo en la fabricación de llaves para cerraduras: “Gabon denori. Lehenik eta behin sari honekin, neure aita Alejandro eta anai Josemari- kin gogoratzea nahi duke. Sari hau lantalde indartsu ta sendo baten ondorioa da, lantaldean egon zirenak, orain daudenak eta etorriko direnak, etorkizunean ere konfiantza osoa bait dugu. Kanpora ateratzen hasi ginen orain 60 urte, exploratzaile bezela. Lehenengo filiala atzerrian orain 30 urte baino gehiago dela zabaldu genuen. Eta poliki poliki, olio tanta bat bezela, mundutik zehar zabaltzen ibili gara, gure produktua ta gure marka JMA, gutxienez 130 herrialdetara iritsi arazi arte. Ta horrela, oso posible izango da zuen denon poltsikotan ere, guere etxean egindako produktuak eramatea, 2.500.000 giltz ateratzen bait dira egunero gure etxetik. Gabon eta eskerrik asko!!
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