Rural de Navarra se desmarca del sector financiero al lograr un beneficio a septiembre un 3,6% inferior al del ejercicio anterior
Laboral Kutxa obtuvo un beneficio neto individual de 65 millones de euros a septiembre de 2020. El saldo resultó un 35,6 por ciento inferior al de igual periodo de 2019. Esta baja quedó marcada por las mayores ‘dotaciones, saneamientos y otras partidas’ derivadas de la pandemia. Hasta septiembre de 2020, Laboral destinó a estos apartados 47 millones de euros, frente a los casi 3,5 millones de euros de igual periodo del año anterior, en el que sumó casi 14 millones en reversiones. De esta forma, los ‘saneamientos’ arrojaron un alza interanual de 43 millones, mientras que el beneficio se redujo en 35,9 millones de euros, un saldo ligeramente favorable.
Laboral logra una mejora de más de dos puntos en Eficiencia
Laboral apuntaló la cuenta de resultados con la mejora de la actividad con la clientela, en la que el crédito vivo creció un 4,8 por ciento y los depósitos un 7,0 por ciento. La operativa comercial permitió un leve repunte del margen de intereses y del margen bruto, que reforzaron con un nuevo recorte de los gastos de administración. La concurrencia de estas acciones se reflejó en una mejora del índice de eficiencia de más de dos puntos, que pasó del 58,74 al 56,45 por ciento.
El resultado de Rural de Navarra, al contrario que en el caso de Laboral y del resto del sector financiero, parece moverse al margen de la situación sanitaria y económica. El beneficio neto individual sumó 61,3 millones de euros, solo un 3,6 por ciento por debajo del registro de septiembre de 2019, lo que puede considerar una excepcionalidad dentro del mundo bancario. La estabilidad de la cuenta de resultados se debió al moderado incremento de la partida de ‘provisiones, saneamiento y otros’, que pasó de 22,1 millones a 29,9 millones de euros en los últimos doce meses.
Los datos de septiembre indican una mayor subida para cubrir el apartado de los deterioros de activos financieros, lo que podría anticipar un esfuerzo dotacional excepcional en el cuarto trimestre, que le alinearía con la práctica del resto de entidades. De momento, hasta septiembre, no cedió en la intensidad de su acción comercial, que se refrendó con repuntes del 7,6 por ciento en los préstamos vivos a la clientela y del 15,6 por ciento en los depósitos. Esta actividad se trasladó al margen de intereses, que creció un 1,5 por ciento, mientras que el margen bruto retrocedió un 0,8 por ciento. La entidad, además, mantuvo uno de los índices de eficiencia de referencia en el sector, con un 45,4 por ciento, ligeramente peor que el 44,8 por ciento de septiembre de 2019.
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