La CAPV encadena una docena de años sin sumar nueva potencia a pesar de concentrar una industria puntera
El País Vasco cuenta con más de un centenar de empresas industriales que cubren toda la cadena de valor del sector eólico y facturan una cifra superior a los 7.000 millones de euros anuales. La CAPV desempeña, de hecho, un papel fundamental en la cadena de suministro del sector como reconoce, por ejemplo, Wind Europe, que entre el 5 y el 7 de abril próximos volverá a traer al BEC, por segunda vez consecutiva, su evento anual.
Pero, paradójicamente, todo este potencial manufacturero no se corresponde, en absoluto, con el desarrollo de los parques generadores en el territorio, que lleva una docena de años estancado en los 194 megavatios (MW) de potencia instalada, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Por el contrario, la implantación de potencia ha experimentado un notable auge en España en este mismo periodo, incrementándose un 44 por ciento, hasta los 27.136 MW de capacidad instalada a finales de mayo.
Además, la tendencia irá al alza de la mano de los planes de descarbonización de la economía. Como ejemplo, España fue el mercado europeo con mayor actividad de adquisición de proyectos e instalaciones de energía eólica terrestre en 2020, con 2.500 millones de euros invertidos por un total de 2,4 gigavatios (GW), a tenor de las cifras que maneja la Asociación Eólica Española (AEE).
Aixeindar solicita construir 250 nuevos MW en Álava
Y en este contexto, surge de nuevo la paradoja vasca: la CAPV cuenta con el principal fabricante por MW eólicos instalados en España (Siemens Gamesa, con 14.458 el año pasado) y con el principal promotor (Iberdrola, con 5.792). Precisamente, este grupo energético vasco, de la mano del Ente Vasco de la Energía (EVE), creó el año pasado la sociedad Aixeindar para impulsar nuevos proyectos renovables en la comunidad autónoma. En el caso de los eólicos, a finales de 2020 inició la tramitación de cuatro solicitudes para la construcción de parques en cuatro ubicaciones, todas ellas en territorio alavés (Azazeta, Montes de Iturrieta, Arkamo y La - braza) que, de llegar a plasmarse, supondrían una capacidad extra instalada de 250 MW, muy por encima de la actualmente desplegada en todo el País Vasco.
Paralelamente a este estancamiento de las fuentes eólicas, en la CAPV se produjo el año pasado un notable avance de la capacidad fotovoltaica, al menos, en términos relativos. La entrada en funcionamiento, con 24 nuevos MW, de la planta solar Ekian en Arasur ha permitido doblar la capacidad solar instalada en el territorio hasta los 50 MW.
Esta cifra, además, se verá incrementada notablemente cuando entre en funcionamiento (previsto para 2023) Ekienea, la planta impulsada por Iberdrola, Grupo Mondragon, Diputación de Álava y EVE en Armiñón, que sumará 100 MW. Del mismo modo, tras la supresión del denominado ‘impuesto al sol’, el autoconsuno está llamado a jugar un papel clave en el desarrollo de la capacidad fotovoltaica. Sin ir más lejos, los MW desplegados en este tipo de instalaciones se incrementaron en España en 2020 hasta 596 (+30%), según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Solo en el País Vasco, el EVE subvencionó 292 instalaciones de autoconsumo con una potencia total de 8 MW en 2019, frente a las 78 (1,2 MW) del año anterior.
La propia UNEF estima que los 50 millones de euros que recibirá la CAPV del programa de ayudas (900 millones en toda España) para la inversión en autoconsumo anunciado por el Gobierno permitirán la instalación de 178 MW nuevos en la región, 93 MW en la industria. Asimismo, contribuirá al despegue del autoconsumo en el País Vasco, a buen seguro, la sociedad Ekiola (EVE y Krean) para impulsar la participación ciudadana en la generación y gestión de parques solares en municipios y comarcas.
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