La primeras palabras del presidente de CAF, Andrés Arizkorreta, a la junta de accionistas se centraron en destacar que “hemos conseguido cerrar 2020 en positivo, con una posición controlada de ratios financieros”. Este resultado lo consideró “excelente” ante la necesidad de afrontar “la gestión inmediata de la emergencia” con un plan de contingencia que “nos permitió mitigar significativamente el impacto de la misma”. El cambio de escenario lo refrendó al afirmar que aspira a “recuperar los niveles de crecimiento rentable anteriores a la pandemia y mejorar la valoración en sostenibilidad”. De hecho, Arizkorreta subrayó que “continuaremos con el esfuerzo inversor en el desarrollo tecnológico de soluciones de movilidad sostenible como el hidrógeno, la acumulación de energía o el ecodiseño”.
Como prueba del posicionamiento de CAF en estos campos, destacó el papel de líder técnico “en el proyecto europeo H2020 Fch2Rail, para el desarrollo de un prototipo ferroviario propulsado por hidrógeno”, que abarcará todas las fases hasta la homologación. También trabajan en otra veintena de planes en la iniciativa Shift2Rail, a lo que se suman los proyectos Clug (posicionamiento autónomo hasta SIL4 del tren), iRel40 (desarrollo de electrónica propia que eleve la fiabilidad de los componentes) o RealTime (una nueva generación de trenes y servicios con captura, almacenamiento, procesamiento y análisis avanzado de todos los datos que genera el tren, de forma cibersegura).
La mayor fortaleza financiera y tecnológica alcanzada en 2020 servirá para aprovechar mejor el Plan de Reconstrucción Europeo y el European Green Deal, que provocarán, según la Unife, “una recuperación del sector en forma de V”, estimándose un crecimiento anual “del 2,3 por ciento para el ciclo 2021-2025”. Los responsables de CAF, así, han manifestado a Empresa XXI que el plan 2021-2022 contempla “mantener los niveles de inversión en activos en línea con 2020”, lo que exigirá un desembolso de unos 25 millones de euros anuales. Los fondos se destinarán, básicamente, a la dotación de medios en su planta gala de Bagneres de Bigorre y a dar continuidad al “plan de transformación del modelo productivo de las de Beasain, Irún y Zaragoza”, en las que se persigue elevar “la eficiencia en la operación”. Como ejemplo, las últimas acciones se ha orientado a la modernización de la forja de ejes, con el cambio del manipulador, la automatización de proceso productivo y la instalación de enfriamiento en una línea de tratamiento térmico, con la meta de automatizarla. En la fabricación de trenes, se centran en la compra de equipamiento para las líneas multiproyecto de fabricación de bogies y la modernización del área de acabados. En Zaragoza, trabajan en el equipamiento de una nueva nave que centralizará la fabricación de estructuras de cajas de los tranvías Urbos. Todos estos planes se reforzarán con el avance en la digitalización integral y cibersegura de los procesos, productos y servicios.
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