Basquevolt quiere ser la primera gigafactoría en industrializar celdas de estado sólido para baterías

La iniciativa Basquevolt, impulsada por el Gobierno Vasco, el Ente Vasco de la Energía y CIC energiGUNE, nace fruto del interés empresarial vasco por introducirse en la producción de celdas para baterías. Un campo el que el centro de investigación cooperativa cuenta con una tecnología más avanzada que el resto de gigafactorías en Europa: la tecnología de celdas de estado sólido. Su singularidad reside en la sustitución del electrolito líquido orgánico que lleva la batería por un electrolito sólido, lo que supone una evolución hacia la siguiente generación de baterías, que serán mucho más seguras. Además, la mejora de otros componentes en la siguiente generación de baterías supondrá mayores densidades energéticas, lo que se traducirá en una mayor autonomía del vehículo eléctrico en kilómetros.

Basquevolt, que previsiblemente se ubicará en el Parque Tecnológico de Álava, podrá suministrar celdas a gigafactorías europeas que tengan previsto fabricar battery-packs, así como a otras iniciativas españolas con los mismos intereses. De ese modo, estiman una producción en una primera fase de 10 GWh anuales de celdas de estado sólido para baterías en 2026. Sus mercados objetivos serán el sector de movilidad y estacionario, “acompañando a las empresas vascas en el suministro de sus mejores productos en cuanto a battery packs con las mejores celdas de Basquevolt”, explican desde CIC energiGUNE, a la que vez que adelantan su intención de ser proveedores de varias de las iniciativas de ensamblaje de battery packs que se están desplegando en España, donde estiman que en 2030 se necesitarán entre 40 y 70 GWh/año de baterías solo para el sector automoción.

La gigafactoría generará 869 puestos de trabajo directos, aunque su implantación supondrá otros 10.000 indirectos. Hay que tener en cuenta que esta planta supondrá el reforzamiento de la cadena de valor vasca de baterías, donde ya existen em - presas destacadas en los ámbitos de la electrónica de potencia y la integración. Al mismo tiempo, fortalecerá la cadena de valor del transporte y la movilidad y permitirá que el País Vasco siga avanzando en el desarrollo de una tecnología que es claramente de futuro.

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