Otua cumple 50 años de historia con el propósito de continuar como brújula del sector del reciclaje industrial, un camino que iluminará las diez sociedades industriales que engloba el grupo a través de nuevas inversiones en tecnología punta, seguridad y calidad, en respuesta al acelerado ritmo de transformación que vivimos. Según explica a Empresa XXI, “nuestro reto pasa por incrementar el input anual en un 10%, mejorar los porcentajes de vertido anual de forma significativa y abrir nuevas vías de desarrollo y de productos que aporten nuevas externalidades positivas para la sociedad. Nuestro próximo desafío tiene un nombre: plásticos”.

Su desafío pasa por elevar su input anual un 10%

Otua tiene previsto la construcción de una planta de plásticos en Goiain (Álava), procedentes, principalmente, de vehículos fuera de uso, con una capacidad de tratamiento de más de 120.000 t/año. Esta cifra equivale a todo el residuo que se genera en un año en España en este tipo de residuos, lo que supondrá la puesta en marcha de la planta de reciclaje más grande del sur de Europa, alineada con los objetivos del Plan de Acción de Economía Circular de la UE.

De ese modo, contribuirá a la estrategia de economía circular nacional ‘España circular 2030’, además de al Plan Euskadi 2030 de Prevención y Gestión de Residuos.

Traza la ruta de cara a su neutralidad climática

La puesta a punto de la planta, prevista para 2026, conllevará una inversión de 50 millones de euros, financiados en parte por el Banco Europeo de Inversiones. La factoría estará provista de equipamiento avanzado de reciclado para la recuperación de materias primas secundarias de alta calidad, y generará 50 puestos de trabajo directos y 150 puestos indirectos. Según avanzan, esta futura factoría es solo una primera fase de un proyecto más ambicioso, ya que la idea es evolucionar más allá en la cadena de valor del reciclaje de plástico.

Descarbonización

Otua desarrolla este proyecto en paralelo a otras actividades que trazarán su hoja de ruta en los próximos años: descarbonización, Industria 4.0, tratamiento de residuos emergentes y nuevos mercados de mayor especificación. Con la vista puesta en la neutralidad climática, y de cara a reducir el consumo de combustibles fósiles, trabaja en el proyecto Revamp con el ánimo de mejorar la eficiencia en el proceso de fundición de aluminio secundario a través del precalentamiento del aluminio utilizando CDR. Una actividad que alterna con la iniciativa Trineflex para la pirogasificación de materiales poliméricos y producción de hidrógeno utilizando subproductos de proceso, así como la producción de syngas para sustituir gas natural a partir del uso de mezclas de materiales poliméricos. En línea con la Industria 4.0, contempla diferentes actividades de automatización y modelado de procesos industriales para optimizar la eficiencia y el control de los procesos productivos en varias plantas de Otua, entre las que destacan Reydesa Recycling, Deydesa 2000 y Udom.

Residuos emergentes

El grupo ha desplegado, a su vez, otras iniciativas para abordar el tratamiento de residuos emergentes con la idea de recuperar los materiales de elevado valor contenido, y con alto potencial en los próximos años. Con esa visión, trabaja en los Pertes VEC Evalua, Smartlibs y Biolive para la recuperación de materias primas secundarias contenidas en las baterías del vehículo eléctrico, mientras que en el proyecto Circumet pone el foco en los metales estratégicos.

Busca nuevos mercados de mayor especificación

Sus actividades en materia de I+D se completan con otra serie de proyectos para evitar el downcycling de las materias primas secundarias y alcanzar mercados de mayor especificación y precio a través de novedosos sistema de separación. Se trata de los proyectos Caesar, lanzado para mejorar la calidad de acero secundario; Postautom, centrado en el uso de materiales poliméricos secundarios de VFU; la inciativa Decesi, impulsada para el tratamiento de escorias de incineración de RSU; y, por último, el proyecto Esmeral, orientado a aleaciones de aluminio secundarias para nuevas aplicaciones.

Medio siglo creando futuro

Otua emprendió su andadura empresarial hace 50 años, en plena década de los años 70, a iniciativa de un equipo fundador, liderado por Enrique Treviño, con el propósito de dar respuesta a la necesidad de chatarras férricas por parte de las acerías de Euskadi. Es así como se asocian Icin y Orbegozo, creando Otua en 1974.

Ubicada en sus comienzos en la localidad vizcaína de Amorebieta, su objeto social fue generar, a través del reciclaje, chatarras férricas para fabricar acero nuevo. Desde sus inicios apostó por la optimización de sus recursos mediante una política de inversión continua en tecnología para generar nuevas materias primas secundarias. Con una visión global, tejió una sólida red comercial orientada a la importación de chatarras férricas procedentes de Francia, Reino Unido, Estados Unidos o la antigua Unión Soviética. Un factor clave en esa trayectoria fue el inicio de un proceso de investigación y modernización de los procesos de reciclaje y de clasificación de todo tipo de residuos industriales, domésticos y de otra índole, para ampliar el campo de trabajo de la entonces incipiente industria del reciclaje industrial.

En la actualidad, Otua ocupa más de 250.000 m2 de suelo industrial en la localidad alavesa de Legutio, donde se ubica su Unidad de I+D, la fundación Inatec. Anualmente, trata una media de 500.000 toneladas de residuos, de los que logra valorizar un porcentaje anual medio del 52 por ciento, y da empleo a 400 personas, además de generar cerca de 2.000 puestos de trabajos indirectos.