La ingeniería Orloga se ha transformado en un acelerador industrial con la puesta en marcha de dos start-ups y la construcción de un piloto para fabricar productos biobasados para la construcción, fruto de la apuesta que asumió hace unos años por convertirse en un referente en el desarrollo de I+D+i y la industrialización de nuevas aplicaciones en los campos de la bioeconomía, la economía circular y nuevos materiales. Según avanza el responsable de I+D, Iñaki García Amantegui, a partir del año que viene contemplan abrir un espacio en el Parque Tecnológico de Zuatzu (Gipuzkoa) para montar las diferentes plantas piloto de las nuevas aplicaciones que tienen en desarrollo.

Especializada en instalaciones llave en mano, la compañía ha creado su primera start-up, denominada Biomass to Biorefinery, junto al departamento de Bio-refinería de la UPV/EHU. Su objeto es fabricar nanocelulosa a nivel industrial a partir del residuo agro-forestal, para lo que van a construir una primera planta piloto en el marco del proyecto Naplant, tras el apoyo recibido por parte del Gobierno Vasco y de la Fundación Hazi. La planta fabricará nanocelulosa de alta calidad procedente de la fibra celulósica virgen mediante el proceso de hidrólisis e implantación de planta modular/ flexible, escalando la tecnología hasta un nivel de maduración tecnológica TRL8-9. De este modo, podrán validar pruebas de concepto e implantar el sistema en diferentes tipos de clientes, fábricas de papel, factorías de bandejas termoformadas, de embalaje o transformados de papel. Como puntualiza Iñaki García, “el objetivo es que las fábricas que generan residuo celulósico puedan tener una planta in situ para fabricar su propia nanocelulosa, aplicándola a sus procesos de fabricación, lo que reducirá el residuo generado y optimizará sus productos”.

Salto a Europa

Orloga ha llegado también a un acuerdo con dos empresas holandesas para constituir una segunda start-up, dedicada al reciclaje de pañales usados. Una iniciativa que comenzó a desarrollarse hace tres años ante el problema generado en Gipuzkoa por no reciclar este tipo de producto en el territorio, según les trasladó la Diputación Foral. La ingeniería guipuzcoana ha construido y financiado durante el primer semestre del año la primera plana piloto para esta aplicación en Países Bajos. Y una vez realizadas las pruebas oportunas, planifican en la actualidad las pruebas para construir la segunda planta piloto, prevista para el primer trimestre de 2025. En el proyecto, una de las compañías holandesas aporta su experiencia en el reciclaje de pañales, mientras que la segunda empresa, especializada en tratamiento de aguas para hospitales, asiste con su experiencia a la neutralización de los medicamentos que llegan en los pañales usado de las residencias de mayores. Hay que tener en cuenta que la legislación holandesa, pionera en Europa, establece la obligación de poder neutralizar 22 tipos de medicamentos concretos para reciclar pañales usados. Orloga, por su parte, contribuye con su conocimiento en el diseño de plantas industriales ‘llave en mano’ y la optimización de los diferentes materiales obtenidos para aplicaciones de alto valor añadido.

Construcción biosostenible

El trabajo que viene desarrollando en el ámbito comunitario se complementa con su labor en el proyecto europeo Inguma, que tiene como reto fabricar productos biobasados para el sector de la construcción, inspirados en los valores de la nueva Bahaus europea. En esta iniciativa, Orloga fabricará un piloto para producir paneles aislantes de fibra de madera sin resina. La planta estará completamente diseñada, construida y probada, e integrará tratamientos de procesamiento, congelación y oxidación. Además, las materias primas que se pueden utilizar para su fabricación se ampliarán considerablemente e incluirán subproductos agrícolas y materias primas secundarias, según avanzan.