Metagra afrontará en 2024 un ejercicio muy especial para su futuro. Por un lado, dará por concluida su apuesta estratégica para la participación de los trabajadores en el capital de la sociedad con la reorganización de toda la gobernanza; y, de otro, se lanzará el proceso de reflexión para el diseño del plan estratégico 2025-2028, en el que el nuevo modelo organizativo impulsará la participación.

Como ha explicado a Empresa XXI el director gerente de Metagra, Pello Tintxurreta: “En los próximos meses culminaremos un trabajo de gran trascendencia para nuestro futuro. Con apoyo externo de Asle y de la consultora OPE, daremos forma definitiva a la nueva gobernanza, en la que destacarán la renovación del Consejo de Administración y de la gerencia. Actualmente, Metagra cuenta con 105 socios trabajadores que controlan el 80 por ciento del capital, por lo que el modelo pondrá en valor la cultura de la empresa participada laboralmente. Este salto también lo reforzaremos con un modelo de captación de talento a través del compromiso y el desarrollo profesional, para lo que incluiremos un sistema de ‘ruta societaria’ para todos los trabajadores que en el futuro se integren en el grupo”.

La compañía espera superar en 2024 los 25 millones de euros facturados el pasado año

Este cambio en la cultura de la empresa se sustanciará en el nuevo consejo de administración y en la nueva gerencia, que se encargarán de dinamizar y marcar los objetivos del futuro plan estratégico, que en el aspecto industrial mantendrá las apuestas por los centros de Bergara y Celaya (México); por continuar ganando cuota en elementos de fijación estampados en frío con alambrón de grandes dimensiones, de 36/38 milímetros; y por avanzar en la eficiencia y competitividad, porque “nunca se llega a trasladar el 100 por ciento de la subida de precios a los clientes”.

Estabilidad en la programación

Para esta nueva fase en la historia de Metagra contarán a favor con la recuperación del automóvil: “En los últimos años, los semiconductores, la guerra de Ucrania y la inflación de materias primas y energía han complicado el mercado y los márgenes. Sin embargo, la normalización empieza a ser una realidad, aunque todavía con tensiones en los precios de las subcontrataciones. Para mí, lo más destacado es que las unidades de los programas en cartera se mueven al alza y que son más estables, con unas previsiones fiables a cinco y seis meses”. Estas circunstancias se han refrendado en Bergara con “una actividad muy fuerte gracias a los contratos captados en 2021 y 2022, un periodo en el que se generalizaron los proyectos para vehículo eléctrico, que ahora presentan un momento más débil”. Para enfrentarse a los cambios del mercado y al desgaste de los márgenes, el director de Metagra indica que “estamos incidiendo en ganar productividad y en la reducción de la defectibilidad. Para ello, estamos integrando la captación de datos en máquina con su análisis automático para generar informes más precisos que nos ayudes a mejorar la prevención. Además, de acuerdo con las tendencias del mercado, en el que ganan cuota las piezas en aluminio, desarrollamos un proyecto innovador para analizar la compatibilidad de la estampación de piezas de acero y aluminio en la misma máquina, aspecto de gran complejidad pero que podría suponer un gran salto en la competitividad de la compañía”.

Estos trabajos de innovación se agregan a los últimos Hazitek Coral y MecStamp, que, por ejemplo, han deparado la colaboración con Sidenor y Ecenarro en la creación de aceros de mayor maquinabilidad que simplifiquen y eleven la eficiencia de sus procesos de estampación, mecanizado y roscado. El plan de negocio, por último, contempla incrementar los ingresos de 2024 en un 6 por ciento sobre los 25 millones de euros facturados en 2023. Este resultado marcó un récord de ventas, aunque “el de toneladas procesadas de 2018 esperamos superarlo este año”. Los planes de inversión, por su parte, se definirán con el próximo plan estratégico; si bien, mantendrán la intensidad en la incorporación de tecnologías digitales y de visión 3D y la disposición para ajustar capacidades a futuros programas en fase de adjudicación.

‍