El sector de automoción apuesta por el futuro del VE, pendientes de la evolución de un mercado inestable lleno de condicionantes
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El ejercicio 2023 se presenta complicado para el sector de automoción en España. Las perspectivas son inciertas y las variables que afectan numerosas. Aunque a todos los actores no les afecta de la misma manera. Las previsiones de matriculación para el año, por debajo del millón de unidades, no deja visos de optimismo para la asociación española de fabricantes de vehículos Anfac, que teme por la inversión y el empleo. Desde su punto de vista, la finalización del conflicto en Ucrania y la normalización de la cadena logística jugaría a favor de la oferta eliminando los cuellos de botella en las entregas. Al tiempo que un mayor avance de la electromovilidad con medidas que incentiven la compra, dinamizaría el mercado, tal como urge en su Hoja de Ruta 2023-2025.
Aún así, el escenario no se presenta tan desfavorable para algunos actores.
Desde la ingeniería vizcaína, Ingemat, su director general, Adolfo del Campo, afirma que, si bien “a nivel de ventas, y por tanto para todos aquellos que estén suministrando piezas en el día a día, las cosas no parecen ir bien, los fabricantes no paran en sus planes de lanzamiento de nuevos modelos asociados, principalmente, a la conversión de su gama a vehículo eléctrico. Nosotros prevemos mucha actividad con proyectos de futuro para el suministro de instalaciones para los nuevos vehículos”. También apunta a un crecimiento del 20 por ciento en los ingresos procedentes de los mercados de Europa y México.
Alejandro M. Olagüe, director general de Jesús Oñate, fabricante vizcaíno de piezas especiales de forja en frío, constata que 2023 también “ha arrancado con fuerza”, impulsado por el cambio de tendencia en la entrada de pedidos durante la segunda parte de 2022, que “se ha visto incrementada paulatinamente”. Espera que, si la actual coyuntura económica se mantiene, 2023 podría ser un “año de significativo crecimiento para nuestra empresa, y también para todo el sector”.
Desde la asociación española de proveedores de automoción Sernauto, su director general, José Portilla, manifesta a Empresa XXI que si bien, “2022 ha sido especialmente complicado, el sector afronta el presente ejercicio con optimismo, tras demostrar ser sólido, competitivo e innovador, y probar su capacidad de adaptación, flexibilidad y resiliencia”. La industria de la automoción en su conjunto, subraya Portilla, está realizando fuertes inversiones para adaptarse a la nueva movilidad, apostando por la descarbonización del transporte, sus servicios y sus líneas de fabricación con el objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono en toda la cadena de valor de automoción. Pero “necesita el compromiso de las Administraciones para alcanzar los objetivos”.
La activación de ayudas públicas y el aumento de las matriculaciones en enero, aún lejos de cifras prepandemia, “arrojan esperanza al sector en España, una industria que espera alcanzar en 2023 la ansiada recuperación”, subraya el responsable de Sernauto.
En la misma línea se pronuncia el director gerente de la mecanizadora Indecober, Ivan Barriobero, al constatar que tanto “las previsiones de producción para este año 2023, como la realidad del mes de enero invitan al optimismo respecto a 2022”. Las cadencias de producción parece que empezarán a regularizarse este año -señala Barriobero-, y apunta a un 20 por ciento de subida respecto al año anterior, y en su caso particular a “alcanzar niveles prepandemia”. También detalla que los clientes están invirtiendo en I+D+i para incorporar en su portfolio de cartera componentes de vehículo eléctrico, y “nosotros nos ayudamos con tecnología para estar en esos futuros productos. En 2023 podría haber adjudicaciones de este tipo de proyectos para incrementar el volumen a un ritmo considerable en 2025”, avanza.
No obstante, no cabe duda que la situación actual de mercado es muy incierta, matiza el director de Mubea Amurrio, Javier Ramos, lo que “nos obliga a los Tier 1 y Tier 2 a flexibilizar al máximo nuestras producciones y costes”. Los analistas ya anticipan un estancamiento en las ventas mundiales de coches, de entre 79 y 81 millones de unidades en 2023. Una situación que “aumenta la competencia en el mercado para adquirir nuevos proyectos” y poder rentabilizar las capacidades de producción, indica el fabricante de componentes alavés.
Las variables de “incertidumbre son tantas que las ventas de vehículos fluctúan constantemente sin que se vislumbre un escenario claramente positivo”, destaca el director general de Azpiaran, Manuel García Iturri. Y, “en consecuencia, los fabricantes de vehículos trabajan a tirones, con la inestabilidad que ello representa para toda la cadena de suministro. En 2022 se registró un leve incremento del volumen de mercado (+5,5% en unidades producidas en España, y cerca del 7% en la UE), que “se espera siga ligeramente al alza en 2023”, reconoce. No obstante, el aumento de costes, por ahora, “está siendo soportado casi exclusivamente por los fabricantes de componentes, ya que los OEMs no aceptan su repercusión”. Todo lo cual “afecta a las expectativas de rentabilidad en el sector, y por tanto al volumen de nuevas inversiones”.
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