La entidad, tras mejorar su negocio típico y la solvencia del balance, se plantea metas orgánicas “ambiciosas”
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La dirección de Kutxabank presentó los resultados de 2022 y los nuevos objetivos de la entidad en la reunión anual de directivos del grupo, celebrada el 25 de febrero en el Kursaal donostiarra. Tras culminar en 2022 la década más exigente para la banca, periodo que han completado con notables mejoras en rentabilidad y eficiencia, Kutxabank se asoma a un nuevo ciclo alimentado por la normalización de los tipos y el alza del margen de intereses.
El presidente de Kutxabank, Anton Arriola, abrió la puerta a este escenario al afirmar que “hemos iniciado una reflexión estratégica que incide en el crecimiento y la diversificación de las fuentes de ingresos”. Estas palabras no deben entenderse como el banderazo de salida a un cambio del modelo de gestión: “No se trata de complicadas operaciones corporativas, que no se vislumbran” -subrayó Arriola-, sino de aprovechar “las oportunidades de fortalecer orgánicamente nuestras áreas de negocio, y en algunas ya se contemplan ambiciosos planes de expansión. Tenemos también los recursos y las capacidades para afrontar estas oportunidades, sin cambiar nuestro ADN ni nuestra cultura”.
El consejero delegado de Kutxabank, Javier García Lurueña, se encargó de mostrar la solidez de los pilares del negocio bancario que soportará estos desafíos competitivos. En primer lugar puso el acento en “el desempeño comercial, a pesar del contexto, lo que nos ha permitido reforzar notablemente los principales indicadores de eficiencia, solvencia, mora y gestión personalizada y especializada, como una de las claves del negocio”. García Lurueña remarcó el buen balance en la gestión de fondos en balance y fuera del mismo: “Los recursos de clientes administrados continuaron creciendo, hasta 75.000 millones de euros (+1,7%), a pesar de verse impactados por las valoraciones”, al tiempo que los fondos de inversión gestionados sumaron 21.000 millones, “con una cuota de mercado por encima del 7 por ciento”.
La apuesta de Kutxabank por el segmento de empresas se confirmó en las operaciones de activo de 2022. “La financiación a empresas alcanzó 2.173 millones de euros, con una morosidad bajo control”, pero con un alza destacada de “la financiación de activo fijo, que aumentó un 40 por ciento y se elevó a 339 millones de euros”. Este saldo se ratificó con repuntes en la financiación de activo circulante (+19%), descuento comercial (+20,9%) y facturación de las operaciones de comercio exterior (+12,6%). Otro foco de expansión se registró en la economía verde y sostenible, campo en el que aprobaron 1.514 millones de euros de inversión para empresas e instituciones.
Finalmente, el CEO de Kutxabank puso en valor “el relevante esfuerzo en la mejora de la eficiencia y la reducción de los gastos de administración, a la vez que reforzamos las provisiones”. Un trabajo que les permitirá distribuir en 2022 casi de 323 millones a BBK, Kutxa y Vital, y situar la contribuicón fiscal en 430 millones, a lo que se sumará el nuevo gravamen a la banca en 2023.
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