Arranca en marzo la construcción del centro de innovación en Zamudio para posicionarse en la industria aeronáutica sostenible
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ITP Aero ha puesto el turbo para acelerar su crecimiento y avanzar en línea con su compromiso por la consolidación de una industria aeronáutica sostenible. Para ello, abordará un ambicioso plan de inversiones impulsado bajo el accionariado de Bain Capital, que avala el lanzamiento de diversas acciones estratégicas con objeto de incrementar sus capacidades industriales y de desarrollo tecnológico propio. Una de las principales iniciativas del fabricante vizcaíno será la construcción de un nuevo centro de I+D que, según han indicado a Empresa XXI, arrancará este mes de marzo, y estará operativo en la segunda mitad de 2024. Las nuevas instalaciones que se ubicarán en una parcela cercana a la sede de ITP en el parque tecnológico de Zamudio, implicará una inversión de 24 millones de euros y la creación de 120 puestos de trabajo de elevada cualificación. La compañía incrementó la plantilla global un 8 por ciento en 2022, hasta alcanzar los 4.700 empleados. Una tendencia que espera mantener a lo largo del presente ejercicio.
La actividad principal del nuevo centro de I+D se focalizará en el desarrollo de las tecnologías digitales y de fabricación avanzada necesarias para responder a la demanda del mercado de motores de aviación, cada vez más focalizada en productos que respondan a las nuevas directrices que marca la estrategia de sostenibilidad. Está previsto que el nuevo edificio disponga de las capacidades de tecnología dual necesarias para desarrollar el programa militar europeo FCAS (Futuro Sistema Aéreo de Combate), en el que ITP Aero lidera la representación española en la construcción del motor. La estrategia de inversión de ITP Aero contempla también el incremento de las capacidades productivas en las demás plantas españolas con objeto de responder al aumento de la demanda prevista en los próximos años.
El plan incluye inversiones en la actividad del negocio de fundidos que se lleva a cabo desde los centros de PCB (Precicast Casting Bilbao) en Barakaldo y Sestao, de creciente interés entre las empresas motoristas del mercado aeronáutico. Para ello, ITP Aero destinará diez millones de euros en la mejora de la operativa de las fábricas y la optimización de los procesos de producción. También las instalaciones que la compañía tiene en Querétaro (México) seguirán creciendo en sus actividades de ingeniería y fabricación, donde pondrán en marcha una nueva actividad asociada al sector de la fundición. Al tiempo que continuará diversificando y ampliando el área de mantenimiento de motores (MRO) para apoyar la operativa de los motores en servicio. La apuesta estratégica de ITP toma forma en un contexto de recuperación del tráfico aéreo, tras el desplome provocado por la pandemia del Covid, y la mejora de resultados por parte de las aerolíneas que están incrementando sus flotas comerciales con pedidos de aviones y motores cada vez más eficientes. Una recuperación que, se estima, será completa en 2025.
Al presidente de ITP Aero, vicepresidente del Círculo de Empresarios y ex-alumno de Deusto, Juan María Nin, no le quedó más remedio que recordar su pasado bilbaíno para explicar la marcha de la economía en los últimos quince años. Narró las peripecias con su viejo Citroën 2CV en un Bilbao lluvioso, a principio de los setenta. Se le calaba en el puente levadizo de Deusto y no le quedaba otra que bajar y mojarse para dar a la manivela y alcanzar la universidad: “siempre llegaba”... Por ese motivo, su lección magistral la tituló con un intrigante ¿Estamos a salvo?, a lo que se contestó: “Yo creo que sí”, pero “haciendo los deberes”, es decir, dando a la manivela, o cambiando de automovil.
“Debemos ser líderes en sostenibilidad y tecnología”
En este accidentado viaje económico desde 2008, como diseccionó Nin, se enfrentan el alma estadounidense, marcada por la Gran Depresión del 29; y la alemana, con pánico a la Gran Deflación de los treinta. Simplificado, abrir o cerrar el grifo del dinero y de los tipos: “Se compra tiempo”, pero para “hacer reformas de verdad”.
Como en el ‘dos caballos’, algo falló: “Se piensa que la demanda es suficiente y se menosprecia la oferta y el capital”. Los años de dinero fácil y de récords de deuda se acumularon y “el desajuste de la demanda y la oferta” se aceleró con las crisis de “Ucrania, los precios de la energía y la rotura de las cadenas de suministro”... Y apareció el gran monstruo: “la inflación, que exige tomar medidas”. Los bancos centrales decidieron en 2022 “provocar una recesión, que es mejor que permitir la escalada de los precios un 20 o 30%”. En el aquel “tránsito no se hicieron los deberes”, pero sí se establecieron herramientas en la zona euro para enfrentarse a futuras turbulencias: “Europa ha aprendido que los infartos de deuda se dan de una semana para otra. El ‘TPI’ del BCE mutualiza riesgos, pero no quieren socios díscolos, por lo que exige un comportamiento y cumplir las reglas”. En 2024 se acabará la cuesta abajo con la vuelta al control del déficit.
Como lo de andar bajando del coche a diario con la manivela no es útil en la época digital, ni para bancos centrales, ni empresas, Nin quiere “implantar en ITP Aero una gobernanza potente y de máxima exigencia” y aprovechar “la fortaleza innovadora que aporta una plantilla de 5.000 trabajadores, en la que la mitad son ingenieros”. Recordó que con el cambio accionarial, “la empresa tiene vida propia”, lo que abre el mercado “a todos los fabricantes del mundo en dura y sana competencia”. El desafío pasa por “ser líderes en sostenibilidad y tecnología para la transición” de los motores aeronáuticos. Ahora se trata de volar, pero con “humildad, positivismo y mucho trabajo”. ¿Se nos habrá olvidado?
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