“No consideramos que el factor de los tipos de interés esté, de momento, influyendo en los ritmos de inversión del tejido empresarial. Estamos en unos niveles normales históricamente. Distintos de los que hemos venido, que ha sido una situación un poco excepcional, pero normales en términos históricos”, señaló el director de Desarrollo de Negocio de Laboral Kutxa, Ibon Urgoiti, durante la presentación de las perspectivas económicas para 2023 elaboradas por el Departamento de Estudios de la entidad. Además, aseguró que “la financiación bancaria todavía no está repercutiendo la subida de tipos que se está produciendo”.

La incertidumbre es la clave

El responsable de la cooperativa de crédito explicó que “el factor que realmente ahora es relevante es la incertidumbre”. A su juicio, “es el elemento fundamental para determinar las decisiones de inversión, que se lleven adelante o que esperen un poquito más”. No obstante, remarcó que la inversión empresarial en eficiencia energética y en transformación digital es “inapelable” para el tejido empresarial porque son los desembolsos que “van a dotar de competitividad” en un momento en el que “estructuralmente el problema energético ha cambiado el panel de juego” y “la transformación digital también es bastante inapelable”.

En ese sentido, indicó que el impulso que pueda venir de los fondos europeos Next Generation “es clave en un momento como el actual, en el que, pese a la incertidumbre, hay, sin lugar a dudas, una necesidad de materializar inversiones”.

2022, mejor de lo esperado

Urgoiti y el director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga, adelantaron que el cierre de 2022 registrará un alza del crecimiento del PIB con respecto a las previsiones efectuadas por la propia entidad el verano pasado. En el caso de España, la economía crecerá un 5,3 por ciento, 1,3 puntos más de lo esperado. En el de la CAPV, la subida del PIB será del 4,2 por ciento, seis décimas más de lo inicialmente previsto por Laboral Kutxa.

En cambio, para este año, se rebajan las expectativas de crecimiento, que se sitúan en el 0,8 por ciento en España, 2,4 puntos inferior a la estimación de verano, y en el 1,3 por ciento en el País Vasco, es decir, 1,4 puntos porcentuales por debajo de la anterior previsión.

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