Draxton Atxondo ha emprendido una importante transformación para abordar la ‘movilidad del futuro’, una metamorfosis que el fabricante de piezas de freno de disco para automoción articulará en torno a un plan estratégico en el que la tecnología jugará un papel clave. Según afirma su gerente, Marta Ratón, la automoción es una industria muy competitiva y dinámica que está viviendo cambios muy importantes. “Pensamos que, si queremos seguir siendo competitivos en este entorno, tenemos que aportar tecnología en nuestros procesos y productos. Estamos convencidos de que es una necesidad más que una opción, y este plan nos ayudará a avanzar en ese camino”.

1,5 MILLONES INVERTIRÁ EN UNA LÍNEA DE MACHOS

Primer objetivo, flexibilizar

Aspectos como la electrificación, la digitalización o la descarbonización están cobrando cada vez una mayor importancia de cara al despliegue de la ‘nueva movilidad’. Y consciente de ello, Draxton ha definido una hoja de ruta para su planta vizcaína con dos grandes objetivos. En primer lugar, flexibilizar su planta productiva y adaptarla para la fabricación eficiente de nuevos productos. Como afirma Marta Ratón, el reto pasa por producir los nuevos productos manteniendo los niveles de competitividad que tienen en la actualidad en su producto principal: la horquilla de freno. El segundo de los objetivos busca impulsar la implantación de nuevas tecnologías y soluciones innovadoras que generen procesos robustos y altamente competitivos, integrando la innovación como uno de sus motores de crecimiento, con las personas en el centro.

Hacia la ‘Fábrica Inteligente’

Para la consecución de los retos descritos, Draxton contempla ejecutar durante los próximos años una serie de inversiones y proyectos que le permitan adaptarse a esa nueva realidad, incrementado su eficiencia y competitividad. Según adelanta a este periódico su directora, uno de los desembolsos más inmediatos, a efectuar durante los próximos meses, es la implantación de una instalación para la fabricación de machos dentro su planta, lo que desencadenará una inversión de 1,5 millones de euros. Esta nueva infraestructura les posibilitará fabricar de forma competitiva otra tipología de productos que requieren de machos para su fabricación. El plan recoge, a su vez, diversas actuaciones para la implantación de nuevas tecnologías con las que avanzarán hacia la llamada ‘Fábrica Inteligente’. Entre esas iniciativas, destaca en la actualidad el trabajo que realizan para la integración de una célula de detección automática de defectos. De ese modo, buscan identificar, de manera automática, irregularidades superficiales que pueden aparecer en sus piezas y que, aunque su ocurrencia es baja, requieren de un control visual unitario para su detección.

"Si queremos ser competitivos, tenemos que aportar tecnología en los procesos"

Es por ello que la solución que desarrollan, en colaboración con un partner tecnológico, introduce tecnologías de digitalización por visión artificial y automatización que les garantice ‘cero defectos’ en sus productos. En palabras de Marta Ratón, “lógicamente, esto supondrá un salto cualitativo en términos de calidad”.

Sensórica y tecnologías de visión

Tienen identificadas, igualmente, otras actuaciones orientadas a la aplicación de sensórica y tecnologías de visión para mejorar el desempeño de sus líneas de producción. Entre ellas, destacan la implantación de un controlador de precisión de moldeo que detecte posibles desajustes o errores de paralelismos en los moldes de arena antes de verter el hierro fundido en los mismos. Los planes descritos son algunas de las acciones que llevarán a cabo para preparar la planta de Atxondo para el desarrollo de nuevos productos y clientes, para los que la flexibilidad y la rapidez son aspectos críticos, a la vez que optimizarán los procesos de fabricación a través de la información de tecnología en los mismos. Draxton Atxondo, conocida como Fuchosa hasta su adquisición en 2015 por el grupo mejicano GIS, acumula desde 1968 una dilatada experiencia como fabricante de horquillas de freno para el mercado europeo, con una cuota continental superior al 40 por ciento.

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