Las perspectivas económicas para 2023 apuntan, según el informe de coyuntura de Confebask, a un ligero crecimiento, aunque “será un ejercicio muy exigente con fuerte presión de los costes energéticos, salariales y de suministros; y con márgenes todavía reducidos”, en palabras de la presidenta de la asociación empresarial, Isabel Busto. Para superar los obstáculos de los próximos meses, Isabel Busto considera que “la búsqueda de acuerdos en la empresa se presenta como un reto ineludible, algo que, en Euskadi, por cierto, ya se está haciendo.

7% de paro en 2023 por la creación de 10.000 empleos netos

Solo durante el último año, Adegi, Cebek y SEA alcanzaron una quincena de acuerdos sectoriales con los sindicatos. Como resultado, en 2022, tenemos con plena vigencia 25 convenios que dan cobertura a miles de empresas y a decenas de miles de trabajadores, sin olvidar que seguimos negociando en otras catorce mesas sectoriales más”. La presidenta de Confebask tras aportar estos datos aseveró que “decir que la negociación colectiva está bloqueada, es incierto”.

Qué dice la macroeconomía

El detalle de las previsiones económicas, sin embargo, dibuja un panorama menos halagüeño, en el que se detecta la tensión provocada por la inestabilidad internacional. Como subrayó el director general de Confebask, Eduardo Aréchaga, “las perspectivas anticipan desaceleración. El PIB prevemos que crezca un 1,5 por ciento, con una horquilla posible entre el 0 y el 2,5 por ciento. Se crearán 10.000 empleos netos en 2023, que reducirán la tasa de paro al 7 por ciento, pero con una desaceleración del crecimiento anual”.

Las empresas preocupadas

En el caso de las empresas, “la preocupación por el crecimiento de los costes y la reducción de la rentabilidad” se ha reflejado en las encuestas. Confebask detalla que “los costes de aprovisionamiento han crecido en el 75 por ciento de las empresas y como media por encima del 10 por ciento. Además, dos de cada tres empresas han sufrido caídas en la rentabilidad de sus ventas; la mitad ha registrado crecimientos en los costes laborales; y un tercio de las compañías tiene dificultades para encontrar personal cualificado a pesar del debilitamiento económico”.

En el horizonte asoma otro problema, que solo señalan una de cada diez empresas, pero que se agravará en los próximos trimestres: “el acceso a la financiación bancaria, en tipos y plazos, crece respecto a encuestas anteriores”. Para combatir este escenario, Aréchaga señaló que las empresas solicitan “bonificar los costes energéticos y reforzar y agilizar los programas de ayuda para las transiciones digital y energéticas y los fondos europeos”.

La industria crecerá menos

El responsable de economía de Confebask, Pablo Martín, determinó que las incógnitas para la industria son mayores que para el resto de sectores: “el crecimiento en 2023 será del 0,8 por ciento, frente al 4,5 por ciento de 2022. Esta debilidad se debe a su mayor dependencia de la economía global y europea y a los costes energéticos, que al ser mayores que países no europeos, dificultará el competir fuera de la UE”. La pérdida de competitividad de la industria vasca frente al exterior, como el resto de la europea, obligará a “una gestión eficiente y a saber y poder compaginar las necesarias inversiones en las transiciones en marcha con una previsible rentabilidad empresarial que es y será reducida”.... y también “responsabilidad y compromiso de todos para afrontar un año complicado”.

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