El Centro de Física de Materiales (CFM) emprende una nueva etapa bajo la dirección de Celia Rogero con una clara misión: asegurar que sus hallazgos se traduzcan en soluciones que aborden desafíos actuales y futuros, propiciando el avance de tecnologías más limpias, sostenibles y beneficiosas para la sociedad. Un objetivo que pasa por llevar la investigación fundamental de alta calidad e innovadora desde la academia hasta la empresa, la industria y la sociedad.

El CFM está inmerso en proyectos emocionantes y de vanguardia

La actividad del CFM, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la universidad del País Vasco (UPV/EHU), se centra en la generación de conocimiento fundamental y aplicado sobre nuevos materiales y procesos, labor que alterna con la formación de personal científico altamente capacitado. Como explica Rogero, científica titular del CSIC, “nuestro centro tiene el firme compromiso de comprender y aplicar las propiedades nanométricas de la materia en diversas áreas como la neurociencia y las tecnologías cuánticas. Estas áreas están alineadas con las necesidades de la sociedad moderna, contribuyendo directamente a varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como la educación, la industria, la innovación y la infraestructura o la acción por el clima”.

Propiedades estructurales

Las principales líneas de investigación del centro se enmarcan en la ciencia de los materiales, con el foco puesto en la física y fisicoquímica de nanosistemas. Presta especial atención a las propiedades estructurales, mecánicas, electrónicas, magnéticas y ópticas de sólidos, superficies, nanocompuestos, sistemas de baja dimensión y moléculas, así como a la dinámica de sistemas vítreos y reacciones química en superficies. Como avanza Rogero, “actualmente, el CFM está inmerso en una variedad de proyectos emocionantes y de vanguardia. Nuestros esfuerzos incluyen desde proyectos innovadores en generación de energía utilizando materiales como cementos y nanomateriales plasmónicos para biodetección, pasando por materiales para tecnologías cuánticas, sistemas de almacenamiento de energía o el tratamiento de aguas”.

Todos los proyectos comparten un eje común, el desarrollo de materiales para tecnologías emergentes, sostenibles y eficientes. “Ya sea trabajando en física de superficies, síntesis de macromoléculas o nanopartículas y nanofotónica, nuestra meta es contribuir al avance de soluciones que no solo sean científicamente innovadoras, sino que también aborden desafíos sociales y ambientales críticos. En este enfoque integral juegan un papel fundamental las técnicas de caracterización que permiten abordar problemas complejos de manera eficaz”.

Colaboración

El principal eje sobre el que se articulará la nueva etapa del CFM será la creación y fortalecimiento de las sinergias y colaboraciones entre los diferentes grupos del centro. Como afirma Rogero, “el crecimiento de nuestros grupos de investigación es un desafío en términos de la disponibilidad de espacio para laboratorios y oficinas. Esto es un aspecto crucial para el desarrollo y la expansión de nuestras actividades, por lo que necesitamos encontrar soluciones creativas para optimizar el uso del espacio disponible y planificar adecuadamente para futuras necesidades”. En esa línea, cobrarán cada vez más relevancia acciones de dinamización y la promoción del uso racional y compartido del equipamiento.

La colaboración con empresas se vuelve crucial

Los próximos años del centro estarán marcados, a su vez, por una serie de retos que “requerirán nuestra atención y dedicación”, asegura Rogero. “Uno de los más destacados es la escasez de personas, aunque no es un problema nuevo”, mientras que “otro de los desafíos clave que nos enfrentamos es la dependencia de convocatorias competitivas para nuestra financiación. Esta es una inquietud común en los centros de investigación, y por ello una de nuestras preocupaciones es diversificar nuestras fuentes de ingresos para garantizar la estabilidad financiera a largo plazo”. En ese sentido, considera que la colaboración con empresas se vuelve crucial, a la que puede contribuir significativamente a través de la transferencia de tecnología y conocimientos avanzados, así como mediante la participación en proyectos competitivos y colaboraciones directas. “Nuestro objetivo no solo es generar conocimiento de vanguardia, sino también aplicarlo de manera práctica para impulsar la innovación y el desarrollo en el sector industrial”.

Unidad de transferencia

Para fortalecer su contribución a la industria, el centro tiene planificadas diferentes acciones, entre ellas la organización de reuniones y visitas con empresas tecnológicas para promover colaboraciones y la creación de una unidad y comisión de transferencia de conocimiento para identificar y evaluar proyectos innovadores. Esta unidad facilitará la transferencia efectiva de tecnología y conocimiento del CFM a la industria, analizando oportunidades y brindando apoyo en la implementación de proyectos de transferencia. De esa forma, reforzarán las colaboraciones que ya viene desarrollando con diversas empresas a nivel local e internacional en múltiples sectores, que abarcan desde la metalurgia hasta la tecnología cuántica.

Algunas de las compañías con las que trabaja en estos momentos son Climate-KIC, especializada en iniciativas de innovación climática a nivel europeo; Cadarso, expertos en aditivos para el sector metalúrgico; Graphenea, líderes en la producción de grafeno de alta calidad; Fagor Electrónica, cooperativa dedicada al desarrollo de circuitos eléctricos híbridos; o MicroLiquid, colaborando en el desarrollo de un prototipo de resonancia magnética nuclear compacta. Han establecido también colaboraciones con HighFinesse, Simune Atomics L.T.D., Považská cementáreò y Michelin.

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