El empleo contiene dos caras de la misma moneda. No cabe duda, que para cualquier persona, conseguir un trabajo es el mayor desafío vital. Algunos solo para sobrevivir, pero otros para progresar y sentirse realizado. Para los casos de baja cualificación no es fácil, pero tampoco es jauja para aquellas personas cualificadas en puestos de trabajo en progresiva desaparición. Para ellas, la formación y mejora continua es la única solución, quizá también para sobrevivir, dado que la edad de jubilación cada vez se aleja más. Según el informe de Lanbide publicado a final de enero, el 65 por ciento de las empresas consultadas tiene previsto contratar personal en los próximos dos años en sectores como el suministro de energía y agua, la gestión de residuos, la industria manufacturera, las actividades sanitarias y de servicios sociales o la hostelería. Sectores que, en su mayoría, requieren una especialización por parte del aspirante. Y advierte de la falta de competencias y experiencia en casi todo los ámbitos: desde oficiales y operarios hasta personal técnico, profesional científico, intelectual y de apoyo. ¿Qué hay de la empresa? En su caso, los desafíos a los que se enfrenta han evolucionado en los últimos años. La dificultad para encontrar talento que coincida con los perfiles cualificados que se demandan en la actualidad y, una vez encontrado, conservarlo, cada vez es mayor. De la misma manera, se hace necesario maximizar el compromiso y la productividad de las personas trabajadoras que conforman la empresa, en un entorno complejo, ambiguo, volátil e incierto. Todo un reto y un cambio de paradigma, donde empleado y empleador tienen que ajustarse a una realidad cambiante en la que el desarrollo tecnológico dirige la partida. El ámbito educativo debe actuar ante los cambios drásticos en la configuración de nuevas capacidades y perfiles profesionales que demandan las empresas y éstas, a su vez, dar con talento adecuado y mantenerlo. ¿Cómo? Mejorando el salario y las condiciones laborales... en la medida de lo posible.
Tecnología e ingeniería ganan la partida
En esta línea, desde LKS Next manifiestan que a nivel de contratación “se mantiene la tendencia de equiparación entre el salario, las posibilidades de crecimiento profesional y conciliación a la hora de elegir un empleo”. E indican, según la 5ª Guía Salarial elaborada junto a la ingeniería de sistemas i3S, que los salarios se contendrán, avanzando entre un 3 y un 4 por ciento, frente al alza de los precios del 5,7 por ciento. La encuesta, realizada a más de 100 empresas de todos los tamaños, destaca, por segunda vez, los perfiles ligados a nuevas tecnologías e ingenierías como los de mayor crecimiento retributivo -aunque no contempla la ola de despidos acontecida recientemente en las grandes tecnológicas-. E incluye los incrementos salariales medios en 86 perfiles profesionales, previstos para este año en convenios o pactos de empresa. Con horquillas de entre 83.200 y 226.300 euros brutos, según el tamaño de la empresa, para un director general, hasta los 24.300 de una telefonista o recepcionista. Pasando por una jefatura de ingeniería que variaría entre 52.000 y 64.800 euros; un técnico de producto (43.900 euros) o un investigador principal (58.400 euros). Una referencia a tener en cuenta.
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