Se acaba de publicar el artículo "An Innovation- Based Industrial Policy for the EU", escrito por Reinhilde Veugelers, profesora de Economía en la KU Leuven y experta en innovación y política industrial. Ha sido publicado en Intereconomics, una revista académica dedicada al análisis económico y de políticas públicas, centrada en la economía europea, dentro de un interesantísimo volumen monográfico “The Future of European Industrial Policy”.

Reinhilde Veugelers es reconocida por su destacada investigación en los campos de la innovación, competitividad industrial y política económica. Profesora en la KU Leuven, ha publicado ampliamente sobre temas de innovación tecnológica, crecimiento económico y políticas de ciencia y tecnología. Veugelers ha asesorado a la Comisión Europea, brindando recomendaciones sobre cómo fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico en Europa. Su enfoque en cómo la política industrial puede impulsar la competitividad ha influido en debates clave sobre el futuro económico de la Unión Europea.

Pocas novedades en este último escrito, pero es importante insistir en los argumentos de siempre, me parece: la política industrial debe estar centrada en la innovación. Para lograrlo, es fundamental construir capacidades tecnológicas, reforzar las cadenas de valor dentro de la UE y fomentar la colaboración entre los sectores público y privado. Además, aboga por políticas que promuevan una reindustrialización basada en tecnologías emergentes. Europa enfrenta los desafíos derivados de la competencia global, especialmente en sectores como el tecnológico, la transición energética y el sector manufacturero. Y no podemos seguir cada país y cada región haciendo la guerra por nuestra cuenta, es vital un enfoque coordinado que impulse la competitividad y fomente un crecimiento equilibrado dentro del bloque. Tras años de desindustrialización en Europa, la necesidad de una política industrial sólida se ha vuelto apremiante.

En lugar de una política proteccionista, la UE debe concentrarse en crear condiciones que favorezcan el desarrollo de tecnologías innovadoras. Este enfoque permitiría a la industria europea ser más competitiva, tanto a nivel interno como en los mercados globales, particularmente frente a actores como China y Estados Unidos. El artículo también destaca que la política industrial debe estar alineada con los compromisos climáticos europeos y aprovechar la digitalización para mejorar la eficiencia en la producción y reducir las emisiones. Se subraya la necesidad de un equilibrio entre la sostenibilidad y el crecimiento industrial, utilizando la innovación tecnológica como un motor para lograr ambos objetivos. Sin innovación, el laberinto en el que nos hemos metido no tiene salida.

No podía faltar la referencia a la inversión en I+D. Es otro componente esencial. Para mantenerse a la vanguardia de la innovación tecnológica, la UE debe aumentar significativamente su gasto en investigación, tanto desde el sector público como el privado. Veugelers nos recuerda las evidencias de que no solo impulsará el desarrollo de nuevas tecnologías, sino que también contribuirá a crear empleos de alta calidad y a mejorar la competitividad del bloque europeo. Otro de los puntos clave es la necesidad de reforzar las cadenas de valor estratégicas dentro de la UE. En sectores como la tecnología de semiconductores, la producción de energía limpia y la inteligencia artificial, Europa debe desarrollar su propia capacidad para no depender de actores externos. El fortalecimiento de estas cadenas de valor no solo mejorará la resiliencia económica, sino que también ayudará a crear un ecosistema industrial más robusto y competitivo a nivel global. La pieza clave es un enfoque coordinado entre los Estados miembros de la UE. Aunque cada estado y cada región tenga su propia realidad económica e industrial, se necesita una política común que impulse el desarrollo de capacidades tecnológicas en todo el continente. La cooperación y la integración a nivel europeo son condiciones esenciales para que la UE pueda enfrentar los desafíos globales de manera efectiva.

Ya vamos tarde. Para que Europa mantenga su posición en la economía global y enfrente los desafíos del futuro, es imperativo que adopte una política industrial impulsada por la innovación. La clave para el éxito de esta política radica en la inversión en investigación y desarrollo, así como en la construcción de capacidades tecnológicas. En Euskadi tenemos el doble reto, impulsar fuertemente las políticas a nuestra escala, pero al mismo tiempo conectarnos de forma intensa y radical con las europeas. Nuestro futuro va en ello…

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