La crisis del Covid ha aumentado el peso del gasto público sobre el PIB pasando de un 42,3% en 2019 a un 50,5% en 2022
El informe de enero del FMI pronostica una desaceleración global, que no recesión, para el bienio 2023/24, seguiremos creciendo a la sombra de una guerra de una duración y efectos inciertos. Con un crecimiento medio en torno al 3%, India y China superarán dicha cota hasta un 4,5/5%, siendo más tímidos los resultados de las economías de USA, 1,4 /1,0% y UE, 0,7/1,6%. También se desacelera el comercio mundial cuyo crecimiento será cercano al del PIB, preludiando así una etapa de retraimiento de la globalización comercial por el impulso de las políticas industriales más proteccionistas de la UE y USA.
La geopolítica ha irrumpido en la economía y ha venido para quedarse. El Fondo pronostica, para la economía española, mejores resultados que los de la zona euro con un crecimiento del 1,1/2,4%, que serán compatibles con el mantenimiento del superávit externo. Tras la crisis financiera la base exportadora de economía española se reforzó y sus balanzas de bienes y servicios son superavitarias, corrigiéndose el saldo negativo ahorro/inversión que caracterizó al boom del ladrillo. Como consecuencia la posición exterior neta de la economía continuará mejorando pasando de un -73,7% en 2019 a un -49,5%/PIB en 2025. La crisis del Covid ha incrementado considerablemente el peso del gasto público sobre el PIB pasando de un 42,3% en 2019 a un 50,5% en 2022. El FMI considera adecuados los apoyos desplegados a favor de empresas y familias, pero ve con preocupación una evolución arrastrada por el envejecimiento de la población, estimando un gasto público/PIB del 45,7% para 2027, 3,4 puntos por encima del tiempo preCovid. Caben dos terapias: recuperar el retraso en productividad de la economía española y un ajuste fiscal plurianual que incluya una reforma de la fiscalidad en impuestos y cuotas de la Seguridad Social.
Todos los derechos reservados Industria y Comunicación S.A.