- Asecabi está ya cerca de cumplir tres décadas defendiendo los intereses del sector árido. ¿Cuántas empresas engloba y qué porcentaje representa en la totalidad del sector?

- A día de hoy, son 20 las explotaciones de áridos que integran Asecabi, abarcando prácticamente el 95% de la actividad en este sector. Estas empresas dedican prácticamente el 100% de sus fabricados al mundo de la construcción y obra pública. En la actualidad estamos trabajando para la incorporación de la única explotación existente en Bizkaia, que dedica su producción a diferentes industrias al margen de la construcción, como la farmacéutica o alimentaria entre otras, por lo que el alcance, en un plazo no muy largo de tiempo, podrá ser prácticamente de la totalidad de las explotaciones.

- ¿Cuáles fueron las motivaciones para la creación de Asecabi?

- Fundamentalmente, creamos esta asociación para tratar de defender los derechos y los intereses de un sector que, hasta ese momento, estaba muy poco protegido. No obstante, fue la amenaza de la creación de una macrocantera que suponía un riesgo importante para la industria árida de Bizkaia, teniendo en cuenta que las explotaciones entonces existentes eran más que suficientes para abastecer las necesidades de la provincia. La unión en el sector permitió hacer frente a aquel proyecto y fue la semilla de la asociación Asecabi.

- Recientemente, Asecabi se ha integrado en la FdA ¿Qué ventajas aporta?

- Asecabi, junto a las asociaciones que representan a las empresas explotadoras de áridos en Álava, Asecal; y en Guipúzcoa, Asfargi; formamos la federación vasca de áridos Euskal Árido. Recientemente como Euskal Árido, nos hemos incorporado a la FdA, Federación Española de Áridos, logrando así formar parte de una asociación siempre al día en normativa y tendencia europea, y presente en la gestación y desarrollo de esta legislación.

- ¿Cuáles han sido los logros más significativos desde la fundación de Asecabi?

- En primer lugar, diría sin lugar a dudas que la paralización del proyecto de macrocantera que, a posteriori, fue un importante punto de inflexión para la creación de la asociación y trajo consigo que el mundo de la industria árida se comenzara a considerar un sector. Desde entonces, hemos trabajado conjuntamente para tratar de defender los intereses y los derechos de las empresas afectadas por diversos sectores, como por ejemplo las normas ambientales. Para ello, hemos dedicado mucho esfuerzo para llegar a entendimientos con las administraciones pertinentes y, en algunos casos, hemos logrado ser claves en la defensa de las empresas que lo han necesitado.

- ¿Y a qué desafíos se enfrenta la asociación vizcaína en la actualidad?

- Seguramente el cambio del concepto que tenemos de árido. La integración del árido reciclado, la convivencia con él e incluso su integración en nuestro sistema productivo debe ser una realidad cuanto antes. El árido natural y el reciclado tienen unas características concretas y necesitamos definir la idoneidad de cada uno de ellos para cada uso concreto. Debemos priorizar la cualidad del árido sobre la necesidad y, por ende, determinar el mejor uso para cada tipo. Por otro lado, es necesaria la regulación de la importación de áridos. Contamos con un territorio sobrado en recurso y la importación no se justifica, más aún cuando la extracción de este recurso en Euskadi se hace cumpliendo unos estándares de calidad, medioambientales y de responsabilidad social muy alejados de los que rigen en algunas explotaciones de otras comunidades.

- ¿Qué perspectivas de cierre tiene para el año 2021? ¿Cómo ve el futuro del sector?

- Ciertamente, las expectativas no son malas. Ya desde comienzos de 2020 se observaba una mejora paulatina del sector. A finales de marzo, la pandemia del Covid nos hizo temer porque todas nuestras ilusiones se fueran al traste, sin embargo una ligera reactivación auspiciada por nuestras instituciones, posibilitó que finalizáramos el año en unos ratios de producción para las obras prácticamente idéntico a 2019. Así es que, como te decía, siguiendo en esa línea de crecimiento impulsado por las administraciones, prevemos terminar 2021 con unos resultados que, distando mucho de los años de bonanza, nos permitan seguir afianzando el futuro del sector.

- ¿Qué acciones concretas contempla la asociación para apoyar a las empresas en su crecimiento? ¿Qué objetivos se han fijado a medio o largo plazo?

- Desde la asociación como tal y mediante convenios con otras asociaciones de más entidad y más medios, seguiremos apoyando a nuestro sector y nuestras empresas frente a cualquier amenaza que pueda surgir desde cualquier ámbito, administrativo, laboral… De la misma manera, seguiremos pidiendo a la administración que la promoción de obra pública cumpla esos estándares que comentábamos, habilitando una marca en forma de Sello Verde, un distintivo que garantice que los materiales de la obra han sido obtenidos respetando los parámetros establecidos por estas mismas administraciones, para poder competir en igualdad de condiciones con las empresas de provincias o comunidades colindantes.

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